Teorías sobre el origen del deporte.
NATANAEL GARCÍA RODRÍGUEZ
Interpretaciones lúdico-festivas.
El juego a lo largo de la
historia ha tomado distintas posiciones, que van desde el rechazo ya sean por motivos
puritanos, místicos, moralistas entre muchas otras, hasta la aceptación por
razones antropológicas o psicológico pedagógicas.
En la Edad Media existían muchas fiestas y manifestaciones
lúdicas de manera combinada. Esto se refleja en los torneos medievales, en
actividades como la justa de barrera, donde los nobles acontecen como los caballeros
muestran su hombría y la clase baja admira lo que representa (valentía, honor, lucha,
sacrificio, protección). Por lo tanto, en esta época, a través de una fiesta celebrada
a través del juego muestra la cultura de la época, por lo tanto, también la
manera de jugar y en que contexto refleja la cultura y la época histórica en la
que se encuentra.
Con la industrialización, el concepto lúdico-festivo fue desapareciendo hasta casi su extinción. La ética del trabajo y esfuerzo acabó imponiéndose y a mismo tiempo surgió una dimensión racional del ser humano, que al proclamar la excelencia del pensamiento , limitaba todo cuanto festivo y fantástico había en el hombre. Así mismo, el mundo de la diversión y de lo festivo tenían sus horas contadas, pero no solo eso, también ha perdido la significación de la fiesta a día de hoy. La fiesta, actualmente ya no cumplen el sentido ponernos en conexión con el despliegue de la historia cósmica o con los grandes fastos de la aventura espiritual del hombre.
Juego y deporte.
El
deporte surge a partir de juegos, que la cultura haya asumido como parte de
ella. Como por ejemplo los juegos autóctonos, en el caso de la cultura Canaria,
la lucha canaria entre otros. Tiene diversos orígenes .El deporte nace a raíz
del juego, que es uno de los pilares. La distinción entre juego y deporte no es
del todo nítido, al existir, entre ambos, aspectos comunes pero simultáneamente
distintos...
El
deporte está reglamentado y estructurado, en cambio, el juego es libre. Pero
entre deporte y juego solo existen mínimos detalles. Mientras el deporte
implica una actividad física agotadora, una agresividad y un enfrentamiento
continuado y reglamentado previamente, por una federación, el juego apela a una
dinámica abierta, informal, capaz de adaptaciones y cambios constantes. Otra
divergencia radica en la profesionalización que rodea al deporte.
Para
muchos el deporte moderno expresa simbólicamente, la filosofía de una sociedad
competitiva. Implica comportamientos agresivos que facilitan la aparición de
conflictos sociales.
Nos
conduce a un mundo fragmentado el que priva el gusto por la excelencia
particular de cada uno de los contendientes, ya sean individuales o colectivos.
Su creciente tecnificación y la especialización, así como una irreversible
tendencia a la superación constante de marcas y Récords. Los atletas griegos
también buscaban la victoria y el reconocimiento público de su hazaña
deportiva, pero sin preocuparse de guarismos ni registros.
También
el deporte se presenta como una vía de evasión, revive en el mito de la eterna
juventud o sustituto de la religión.
Hoy
en día el olimpismo constituyen dinámicas que pueden ser interpretadas, desde
una perspectiva religiosa” manifestación de lo sagrado”. También existen otras
manifestaciones deportivas como recreación educación o salud.
La
conexión existe entre los juegos agonísticos y las prácticas deportivas
contemporáneas. El agón aparece como la forma pura del mérito personal,
expresando esa inequívoca voluntad del ser primero, el mejor, el más rápido o
el más fuerte. Nosotros somos fruto de un pasado en el que siempre gustaron los
juegos agonísticos.
Teoría militarista
El militarismo ha constituido uno de los principios motores de la humanidad, de hecho, los ejercicios físico-corporales tomaron, en la sociedad prehistórica, un sesgo y un talante militarista.
Aquí existen dos grande diferentes puntos de vista, a raíz de los filósofos Aristóteles y Hobbes. Aristóteles plantea que las diferencias entre los hombres están determinadas por naturaleza, y no por convención, de hecho acepta y necesita la guerra para construir la política. Sin embargo, Hobbes desea por todos los medios acabar con ese estado natural beligerante. Para Hobbes en el estado de naturaleza no hay justicia ni moralidad, por lo tanto, lo asimila como un estado de guerra permanente en el que únicamente cabe pensar en la autodefensa y en el robo.
El nacimiento del deporte aparece vinculado a la guerra, ya sea como preparación para ella, o como simple domesticación de la misma, como podemos ver en Esparta. El discurso gimnástico tiene mucho que ver con la visión militarista de la educación física, que establece una especie de puente entre la gimástica escolar y la militar, entre la escuela y el cuartel. Los estado-nación que giran entorno al militarismo que en un futuro impartirá la gimnasia como practica escolar. De hecho, en las dictaduras siguen el modelo de la educación física como medio de preparación premilitar. Sin embargo, la educación física y la practica deportiva no sólo han servido como preparación para la guerra, puesto que el deporte, ha servido como domesticación de la guerra.
Además de esto, la actividad física podría ser un medio de tregua , por ejemplo los griegos la empleaban para garantizar la celebración de sus distintos juegos y competiciones deportivas. De hecho la misma idea de tregua surge también en otros momentos de la historia de Occidente, por ejemplo, durante la Edad Media. El éxito de las justas y de los torneos medievales, su extensión y proliferación, se fundamenta, en buena medida, en las diversas medidas de carácter religioso y político encaminadas a limitar los días lícitos para guerrear.
Incluso, por extensión, la pervivencia de determinadas prácticas deportivas, como el boxeo y la misma esgrima, podrían argumentar a favor de la tesis del deporte como domesticación de la guerra. Aquello que antiguamente era un combate a muerte queda reducido ahora a una práctica, más o menos reglamentada, que pervive por una serie de razones de diversa condición (apuestas, ofensas no previstas en los ordenamientos jurídicos, etc.). Pero no sólo eso. También aquí cabría añadir ciertas técnicas —lanzamiento de jabalinas, flechas, etc.— empleadas por los pueblos cazadores. Comúnmente, la caza ha estado vinculada a la guerra. A fin de cuentas la vida de Esparta puede ser considerada como un sistema de vida de pueblo cazador que subsiste tardíamente en un contexto cultural ciertamente evolucionado. La misma tesis de Sagan, por ejemplo, abuntaría en esta dirección.
Las teorías
materialistas
Nos
encontramos instalados en una sociología de ascendencia marxista que apela al
trabajo como única explicación del acontecer humano. Es evidente que desde esta
perspectiva la aparición del deporte puede analizarse en dos momentos
históricos bien diferenciados: primeramente, en el contexto de la prehistoria,
e igualmente, en sus relaciones con la sociedad capitalista moderna La historia
burguesa ha olvidado a posta la génesis de los ejercicios físico-deportivos
puesto que las primitivas prácticas corporales exteriorizan la dinámica de la
sociedad de clases.
No podemos
olvidar la actitud de Aristóteles, estagirita frente a los ejercicios
corporales: el cuerpo del esclavo, a fin de prestar su máxima colaboración en
las ocupaciones rudas y violentas ha de poseer una gran fortaleza muscular,
mientras que el hombre libre ha de cultivar su cuerpo con vistas a la mejora de
aquellas cualidades que atienden a los fines superiores del espíritu humano
Se recupera la
tradición materialista del pensamiento occidental. Precisamente Epicuro, trata
de eliminar la dualidad alma-cuerpo, reduciendo toda posibilidad de
conocimiento a los límites estrictos de la corporeidad. Se rechazan, de este
modo, los esfuerzos de la filosofía griega. El epicureismo trajo consigo no
sólo un retorno a la sensación como fuente de conocimiento sino también una
vuelta al cuerpo. Para Epicuro no hay una simple primacía del cuerpo, porque
todo es cuerpo, constituido por átomos.
Marx construye
su humanismo materialista que define al ser humano como un "homo
faber". La actividad material es la que determina la conciencia de los
hombres, y no al revés. De este modo la producción de las ideas, las
representaciones simbólicas y religiosas, dependen directamente de las
relaciones materiales que se dan entre los hombres. El modo de producción de la
vida material condiciona el proceso social, político y espiritual de la vida
humana.
La esencia del
hombre reside en su acción productiva. La primera actividad histórica del
hombre consiste en la creación de los medios adecuados para satisfacer sus
necesidades vitales.
Los movimientos
corporales —en la tradición marxista el término ejercicios físicos es
substituido por el de ejercicios corporales— del hombre deben ser considerados
en el marco del proceso de producción. En su origen formaron una unidad
natural con el proceso productivo. Por eso las características diferenciadoras
de los ejercicios corporales son las mismas que las del trabajo:
intencionalidad de fines y utilización de aparatos
Los ejercicios
corporales han evolucionado de forma paralela a los modos de producción
dominantes en cada etapa histórica. Con esta perspectiva puede
construirse una historia de la educación física y del deporte que comprendería
distintas fases o etapas, en cada una de las cuales el ser humano habría
desarrollado unos ejercicios específicos, como consecuencia de las exigencias
materiales de cada momento histórico.
El primitivo
cazador ejercita su cuerpo de manera diferente al hombre agricultor. El
lanzamiento de la jabalina, las danzas y ceremonias de la cacería mágica serían
así los más antiguos ejercicios corporales del hombre, cuya datación se
remontaría a unos 70.000 años. Por su parte, el hombre pescador fomentaría las
técnicas del arpón. El perfeccionamiento de las técnicas de caza y pesca
incidió en la evolución de los ejercicios físico-corporales. Hace 24.000 años,
aproximadamente, surgía una nueva arma arrojadiza: la flecha impulsada por las
cuerdas de un arco. Estas prácticas, vinculadas como vemos a los modos de
producción, fueron seguramente ejercitadas en ocasiones con vistas a la mejora
de los rendimientos.
El nomadismo
del primitivo cazador fue sustituido por el sedentarismo del agricultor. En
este punto la crítica materialista introduce un nuevo elemento de análisis: la
sistematización de una educación corporal consciente ligada a los rituales de
acceso a las sociedades juveniles.
En el marco de
esta vida tribal surgen las primeras competiciones deportivas —^juegos y
danzas— que acaban por convertirse en centros aglutinadores de la vida social.
Según esta interpretación, en este ambiente nacerían casi todos los juegos de
pelota.
Los ejercicios
corporales adquirieron una dimensión militarista en la etapa final de la
sociedad prehistórica. Los análisis marxistas han reparado en la influencia que
sobre los ejercicios corporales tuvo la aparición de la guerra, que se puso al
servicio de la economía.
En
conclusión, los ejercicios corporales fueron un medio básico para mejorar la
capacidad productiva del hombre, y una parte importante del proceso educativo
humano entendido como preparación para la guerra. La construcción del
socialismo real exigía la dependencia de los ejercicios corporales del mundo
laboral y militar. Sin embargo, existían diferencias notorias. Mientras los
pueblos primitivos realizaban sus ejercicios espontáneamente, ahora, bajo la
férula socialista se imponía un estudio científico y sistemático del fenómeno
deportivo al servicio de la nueva sociedad comunista.
El deporte
constituye una nueva religión laica al servicio de los intereses económicos del
mundo liberal-burgués. La ética deportiva, con su moral competitiva y su
exaltación del esfuerzo y la fatiga, reflejaría el mejor y más genuino espíritu
agonístico de la sociedad capitalista; que el deporte no sólo trasluce las
categorías ideológicas burguesas, sino que también se encuentra mediatizado
estructuralmente por el aparato de estado.
De hecho nos encontramos ante posturas irreconciliables. Por un lado, aquellos que defienden la viabilidad de la educación física" y de la práctica deportiva como vehículo de mejora y optimización social. Los que así piensan ven en el deporte un instrumento al servicio de la coexistencia pacífica entre pueblos y culturas, que propicia la adquisición de un conjunto de virtudes cívicas que contribuyen decididamente a la mejora de la humanidad. El fenómeno olímpico cobra, desde esta perspectiva, una especial relevancia.
Teoría
biologicista
El mundo no es algo fijo e inmutable, sino una
realidad que cambia sin cesar. que la historia se constituye como ciencia de la
evolución del hombre sobre la tierra, mientras que la biología lo hace como
ciencia de la evolución vital. Puede establecerse, entre ambas, un puente que
vincule lo vital con lo histórico, o si se quiere, lo natural con lo cultural.
Si se acepta
que las funciones orgánicas no tienen otra finalidad que la de contribuir al
mantenimiento del ser vivo, a su fortalecimiento y preparación para la lucha
por la vida, se puede establecer un correlato entre biología y educación
física, en el sentido que la formación de los jóvenes ha de ser conformada de
acuerdo con el principio de la lucha por la existencia y en vistas a la
adaptación al medio, ya que que una vez que el medio ha actuado sobre el ser
vivo, produciendo estructuras y órganos diferenciados, la selección natural
favorece la adaptación de los más aptos.
Para Spencer,
la primera condición que ha de tener cualquier hombre será la de ser un buen
animal. Sólo así prepararemos a la juventud para una adecuada adaptación al
medio y para la consiguiente selección natural. : confiar más en la naturaleza,
y menos en el hombre porque, a medida que conocemos las leyes de la naturaleza
y de la vida, nos percatamos de lo erróneas que son nuestras opiniones en
materia formativa..
Spencer aborda
la educación física considerando, en primer lugar, los vicios y defectos que se
derivan de unos hábitos higiénicos equivocados. La escasa alimentación, la
deficiencia del vestido y la restricción de los juegos infantiles son los
causantes de la debilidad físico-corporal. La solución es sencilla: dejar que
la naturaleza siga su propio curso. Sólo desde aquí es posible entender la
crítica spenceriana a la gimnasia que a sus ojos es un puro artificio.
La previsión
humana exige continuar practicando aquellos ejercicios más convenientes (según
las condiciones que determinan a cada cultura( con el fin de conseguir una
mejor adaptación al medio, es decir, una mejor preparación física que garantice
con éxito la superación de las dificultades que impone la dinámica de la lucha
por la vida.
Teoría
religiosa
Los
hombres primitivos interpretaron su existencia como un regalo a los dioses,
motivo por el cual, cualquier gesto o acción humana , por sencilla que sea , es
analizada a como una manifestación de esa experiencia religiosa. El hombre
primitivo percibe el mundo y las fuerzas que lo controlan como una totalidad,
sin cortes ni cesuras. Para conseguir la confianza y protección de los dioses
exterioriza una serie de rituales en los que ocupan un lugar preferente los
ejercicios físicos. De este modo surgen distintas formas de expresar su
ideología mediante distintas formas y sentidos:
A) Los
juegos agonales
Para
la cultura griega el agón es un pilar fundamental en su cultura. En la cultura
griega , los juegos y el teatro comparten que son rituales de ascendencia
religiosa en los que está presente la dimensión agonal. Los juegos agonales, fueron en principio
ceremonias funerarias en memoria de Patroclo. En el periodo posthhomérico, se
desarrolló con el fin de conmemorar las fiestas de los héroes , y más tarde, la
de los dioses, combinándose de tal forma que acabaron por establecerse en intervalos
regulares. Entonces podemos deducir, que los juegos organizados y anualmente en
toda Grecia , los píticos , los olímpicos , los nemecios y los ístmicos, fueron
en un principio agones funerarios.
No
obstante, la ascendencia funeraria no sólo se detecta entre los griegos, sino
también está presente en la tradición histórica romana, concretamente la de los
gladiadores. La sangre de estos era derramada en honor a los muertos, de esta
manera, podía asegurarles una supervivencia permanente , es decir , alcanzar la
divinización.
Así
mismo, el mundus, a igual que los juegos agonales practicados por los helenos
,tienen en común : honrar a los muertos.
B) La
danza y expresión corporal.
Todos
los actos humanos, incluso procedentes de sus facultades espirituales,
necesitan de la meditación y la expresión corporal . “Todos los ejercicios
corporales fueron lugares de culto”.
La
danza para el hombre primitivo es al propio tiempo trabajo, deporte y culto. La
danza es sagrada, debido a que comporta una dosis de servicio , y uno se mueve
en el servicio. Por los tanto, es un servicio divino que constituye un medio
capital de expresión.
Ulrich
Popplow propone que los orígenes del deporte hay que rastrearlos en la danza.
Este autor nos invita en sus trabajos a un viaje retrospectivo a las cuevas y
cavernas del hombre primitivo, a fin de recaudar información —a través de las
pinturas y de los restos arqueológicos— sobre la vida religioso-espiritual del
Paleolítico. A partir de los datos recogidos —representaciones murales de
hechiceros danzando, huellas humanas en el suelo de las profundidades junto a
restos óseos de animales, etc.—, Popplow hilvana su teoría que estriba en
enlazar el origen de los ejercicios físicos con la aparición de una danza
sagrada, explícita desde los tiempos de la prehistoria. Las cuevas eran los
lugares sagrados de los hombres de la era glacial, y en ellas el hombre danzaba
cultualmente^". Así pues la danza sería la forma primigenia del ejercicio
físico corporal, y por ende, del deporte.
C) Los
ritos de iniciación
Desde
hace tiempo la antropología ha fijado su atención sobre estos ritos de paso,
extendidos universalmente en el mundo primitivo, y que todavía hoy son
identificables en muchos lugares. Se suelen distinguir dos grandes formas de
iniciación: los ritos de pubertad, por los que los jóvenes obtienen el acceso a
lo sagrado, al conocimiento de los secretos de la comunidad y a la sexualidad,
y las iniciaciones destinadas a conferir a una persona una función especial en
relación con lo sagrado. Aquí nos interesan lógicamente las primeras.
El
grupo, si quiere sobrevivir, ha de procurar no verse amenazado con la presencia
de niños débiles y enfermizos. Hay que potenciar la capacidad física de los
jóvenes. Para fomentar una conciencia comunitaria se adoptan métodos diversos,
como la práctica de ritos y fiestas religiosas. Todo ello para desarrollar la
identidad y cohesión del grupo. En tales celebraciones la fuerza y habilidad
habrían alcanzado un papel importante. Se practicaban juegos y se organizaban diversas
competiciones. Cultivaban igualmente las danzas, especialmente las que ayudaban
a una eficaz socialización, como las guerreras.